Título: Códice de fuego

En Códice de fuego, ORENDAIN explora la memoria simbólica del fuego como elemento primigenio y narrativo. La obra remite a fragmentos de escritura ancestral, donde el pigmento parece carbonizado y la textura emerge como una corteza mineral o una superficie abrasada. El artista emplea una paleta de tierras profundas, amarillos ocres, negros calcinados, y los dorados insinuados por la hoja de oro interrumpidos por trazos blancos, casi quirúrgicos, de carácter gestual que sugieren líneas de fuga o rutas cartográficas trazadas sobre una geografía en llamas.

Los planos de color no se limitan al contorno: se expanden en capas matéricas que simulan desgaste, oxidación y transmutación. Estas cualidades táctiles evocan la erosión del tiempo, como si el lienzo hubiese sobrevivido al fuego y aún conservara las huellas de una civilización extinta. La composición —como es característico en ORENDAIN— mantiene una tensión entre lo geométrico y lo intuitivo, lo medido y lo espontáneo.

El título funciona como una clave de lectura: este “códice” no se lee con palabras, sino con materia, proponiendo una lectura abierta que invita al espectador a descifrar códigos personales. Es un manifiesto visual que recoge el eco de rituales olvidados, donde el fuego no solo destruye sino revela, limpia y transforma.