Título: Aguas del Leteo

Con Aguas del Leteo, ORENDAIN invoca una atmósfera de disolución y olvido desde la sutileza del color y la economía del gesto. Inspirada en el río mitológico griego que borraba la memoria de las almas, esta obra se convierte en una experiencia sensorial de contemplación, donde el espectador es invitado a perderse en una superficie acuosa, translúcida, como si mirara a través del tiempo o de sus propios recuerdos.

La paleta en tonos verde esmeralda, turquesa y celeste —tratada en capas finas y translúcidas— sugiere un plano líquido y etéreo, donde las formas se desvanecen antes de afirmarse. La composición es deliberadamente mínima, y es precisamente en esa contención donde radica su potencia: dos pequeños cuadrados dorados interrumpen el flujo visual como signos flotantes, fragmentos de luz, símbolos que insinúan pero no revelan.

El uso de la hoja de oro no responde aquí a una función decorativa, sino mística: actúa como la memoria perdida que reaparece brevemente antes de hundirse de nuevo en las aguas del Leteo. El espacio pictórico no tiene jerarquías ni direcciones claras; es un campo de vibración sutil donde el silencio es protagonista.

Aguas del Leteo es una obra que se sitúa en el umbral entre lo visible y lo imperceptible. Una meditación abstracta sobre la fragilidad de la memoria, el tránsito entre mundos y la belleza melancólica de lo que se esfuma sin dejar huella.