Título: Vestigio del Oro

Vestigio del Oro es una composición que se despliega como un muro arqueológico, cargado de símbolos, pigmentos y fragmentos de luz. La pintura opera como un palimpsesto donde lo contemporáneo y lo ancestral se entrelazan: rectángulos texturizados, planos de color saturado, y un fondo blanco que actúa como pasaje o fisura visual.

ORENDAIN emplea aquí una paleta cálida y terrosa —ocres, sienas, negros minerales y amarillos vibrantes— para construir un lenguaje visual que recuerda a relieves mesoamericanos, frescos antiguos o fragmentos de códices. La hoja de oro, aplicada con contención y precisión, se convierte en acento sagrado: una memoria luminosa que se resiste a desaparecer entre capas de tiempo.

La organización geométrica, aunque estricta, no impone rigidez; por el contrario, sugiere ordenes rotos, una sintaxis que ha sido erosionada por la historia y transformada en huella. Las texturas, que en algunos casos parecen grabadas o estampadas, refuerzan la sensación táctil y matérica de la obra.

Con Vestigio del Oro, ORENDAIN no sólo continúa su exploración sobre la abstracción espiritual y la simbología formal, sino que plantea una reflexión sobre la persistencia de lo sagrado en lo cotidiano, sobre la posibilidad de encontrar vestigios de oro —literal y metafórico— en las capas invisibles del presente.